El 22 de mayo de 1213 Pedro el Católico firmaba un documento mediante el cual se comprometía a dar el Castillo de Culla, cuando este fuera conquistado, a los Templarios. La promesa no fue confirmada nunca por Jaime I, y los templarios tuvieron que esperar 90 años, hasta el 1303 en que Guillem d’Anglesola, señor de Culla vendió a los Templarios la Tinença de Culla, por medio millón de sueldos jaqueses.
En los templarios despertaba el interés las comarcas que dividían los reinos, entre ellos el Maestrazgo. Comarca con una geografía, montañosa, de puntos y castillos inexpugnables, pero que salvo dividir reinos (Aragón y Valencia) no “debía” de tener demasiado valor económico para los Templarios.
No obstante, resulta curioso que los templarios buscaran con tanto ahínco (Durante 90 años) las tierras del Maestrazgo el Castillo de Culla concretamente, disfrutando de estas tierras únicamente 5 años y que pagaran por el Castillo de Culla una enorme suma. También resulta curioso que la ultima etapa de los Templarios estuviese marcado por la incesante búsqueda del conocimiento, del saber de la humanidad conocida.
Algunos autores han publicado algunas obras o libros en las que dejan entrever que solo si pensamos que los objetivos de la Orden iban mas allá del posible beneficio económico podemos empezar a entrever la causa final de su obsesión por la fortaleza del Maestrazgo, el Castillo de Culla.
Mitos leyendas, tradiciones, así como algunos estudios, confieren a la orden del Temple los calificativos de extraña, agnóstica, hermética, por que ellos conocían o tenían razones para intuir la realidad paranormal de determinados lugares, levantando sus fortalezas y templos conteniendo desde su misma planta una especie de elementos estructurales coincidentes con toda una manifestación numerologia mágica.
Se ha publicado que en las comarcas del Maestrazgo y colindantes “Bucefalo” dejo su huella, y que el Maeztrazgo es una tierra mágica, la única salvo en Crownlech capaz de contener el pentaculo (Una Estrella de cinco puntas invertida es la imagen de “la cabra”, “el propio Satanás”), en las cuales se extienden una cadena de vírgenes negras (La Araña, Agua, Carrasca, Naranja, Cid, Vallibana, Losar, Balma, etc…) (Vírgenes negras, son efigies de la Virgen María que la representan con la piel oscura o incluso totalmente negra. Generalmente se admite que la Vírgenes Negras fueron la versión cristianizada de un culto antiguo, anterior al cristianismo, por supuesto céltico, pero quizás aun mucho más antiguo) casi en todas sus comarcas, coincidiendo estas vírgenes en términos municipales con los territorios que en su mayoría pertenecieron al Temple.
También resulta muy curioso que si buscamos algunas poblaciones o localidades importantes y cercanas a esta comarca del Maestrago (Castillo de Culla) (Entre los siglos XIII y XIV, encontraremos localidades como Alcañiz, Mosqueruela, Teruel, Morella, Peniscola, Vilafames, etc… y si trazamos una línea recta y unimos dos puntos como pueden ser las localidades de Teruel (Capital) y Peñiscola, obtendremos una línea recta, paralela a cualquier paralelo actual, (Los paralelos o meridianos no eran conocidos en el 1200-1300), en esta línea encontramos otras localidades como Mosqueruela, Santa Magdalena de Pulpis, etc.., pues bien dicha línea también pasa por Vilar de Canes.
Por otro la si trazamos otra línea, esta vez vertical, y unimos las localidades de Alcañiz y Vilafames, obtendremos otra línea recta, vertical, la cual prácticamente busca el norte magnético de la Tierra, en esta línea encontraremos localidades como Morella, Vilafames y la actual capital de esta provincia, Castellón de la Plana, esta línea también pasa por Vilar de Canes, pero lo curioso es que estas dos líneas (Paralela y vertical) se cruzan en Vilar de Canes. Sin duda es curioso, y no podemos dejar de pensar que esta curiosidad, (Del azar o no) podría conllevar aparejada alguna incógnita más.
Asimismo, por el Termino Municipal de Vilar de Canes discurrieron las principales vías de comunicación y azagadores (Vias pecuarias) de la época (Desde tiempo inmemorial), desde Aragón hasta la costa (Alcala de Chivert o cercanías o Castellón de la Plana o cercanías), obligatoriamente se pasaba por este termino municipal, también era importante la vía de comunicación que discurría desde el norte, de Cati hacia L’Alcora, siendo por tanto un cruce de cuatro caminos y azagadores importante. Por ellos pasarían obligatoriamente; viajeros, ganados, ejércitos, carreteros, etc.. para todo un inimaginable sinfín de destinos.
Este cruce de cuatro caminos, probablemente dio lugar a la posterior construcción del recinto fortificado de “La Segarra”.