Datos y situación
Vilar
de Canes, es un municipio de la provincia de Castellón, situado en la comarca
Alt Maestrat , en la Comunidad Valenciana, España.
Se encuentra a 65 km. de Castellón, capital de la provincia. y se accede por la carretera que jalonan poblaciones como Borriol y Puebla Tornesa (Autovía) y otras poblaciones como Vall D’Alba y Albocasser (CV-15), para seguir en dirección a Ares del Maestre (CV-15 hasta el desvió que conduce a nuestra población (CV-165 o CV-168).
La población alcanza actualmente los 200 habitantes aprox, siendo su máxima población 723 habitantes, población que alcanzo en el año 1887.
La altitud media es de 668 metros sobre el nivel del mar,
hace que esta localidad tenga
un clima agradable, templado, suave, mediterráneo, y que en su término
municipal con forma de paralelípedo cuya extensión es de 1.609’7 hectáreas,
se desarrollen como actividades principales: la agricultura, (almendro y olivo) y la ganadería intensiva, (Destacando el sector porcino).
Vilar de Canes localidad o núcleo poblacional esta situado en el
mismo centro de su Término Municipal y cuenta con los siguientes núcleos
agregados: Segarreta, Segarra, Hostal de L’Esquerrera, Romeu, Senyor, Sola,
Cogullades, Pallisa, Cap del Moro.
Sus límites son: por el Norte los términos de Ares del Maestre,
Catí y Albocàsser, por el Sur el término de La Torre D’En Besora: por el Este
el término de Culla y por el Oeste los de Culla y Benassal.
Lo surcar el “ Barranco de En Seguer”, la “Rambla Carbonera” el
“ Río Molinell” el “Barranco de la Tejeria” y el “Barranco de la Frescó”.
Los principales montes son la “Sierra de Foyes” el “Tossal Redo” y
el “Machorral”.
Una de las peculiaridades importantes de Vilar de Canes es su
situación geográfica, ya que desde esta localidad se puede acceder rápidamente
a otras localidad colindantes como Albocasser, Benassal, Cati, Culla, Ares del
Maestre, La Torre D’En Besora o Atzeneta, todas ellas situadas a menos de 20
kilómetros de esta localidad.
Historia
El origen de la localidad de Vilar de Canes resulta muy confuso,
sin embargo, Vilar de Canes era conocido en la época musulmana, en la cual su
núcleo principal fue una alquería
musulmana antes de la reconquista, siendo probablemente su origen anterior a
esta época, con otro nombre y situado en otro lugar. (Existen en el termino
Municipal lo que pueden ser vestigios del 1.500 a de c.)
(En la Carta de Población de Benassal 1239, se
hace mención de un Vilar de los Angostos “per illos somos carrascosos en iuso
usque ad Vilar de los Angostos”).
Lo que hoy
conocemos como Término Municipal de Vilar de Canes, estuvo incluido en el Termino Municipal de Cullas desde el 23 de
marzo del año 1244 hasta el 13 de
diciembre del año 1273, perteneciendo al
Castillo de Culla.
Después de más de un siglo
de haber perdido el control sobre las tierras del norte Castellonense por parte
de los Reyes de Aragón "los cuales habían constituido un esporádico reino
cristiano en Culla entre 1093 y 1103, el 22 de mayo de 1213 Pedro el Católico
firmaba un documento mediante el cual se comprometía a dar el Castillo de
Culla, cuando este fuera conquistado, a los Templarios. La promesa no fue
confirmada nunca por Jaime I, y cuando se produjo la conquista definitiva, concretamente entre finales de 1232 y 1233, el Castillo paso a manos de Blasco
de Alagón, con carácter hereditario.
Esta parte del termino de
Culla (Vilar de Canes) acompaño al castillo central en su incorporación al
señorío de Blasco d’Alagón el 11 de mayo de 1235 en virtud del acuerdo suscrito
entre Blasco d’ Alagon y Jaime I.
A raíz de su muerte hacia
1243 de D. Blasco de Alagon el citado castillo y su termino quedo en manos de
Guillem D’Anglesola y de su esposa Constanza, hija de don Blasco los cuales darían carta población a Culla, el 23 de marzo del 1244.
Tras la muerte del de Anglesola y teniendo la
posesión de Culla su esposa, se produjo la cesión de sus derechos al hijo de
ambos, también de nombre Guillem d’Ánglesola, con fecha del 22 de abril de 1264, y continuando en
poder de dicha familia hasta el 1303 en que Guillem d’Anglesola, señor de Culla
vendió a los Templarios la Tinença de Culla, formada por los castillos y
lugares de Culla, Benassal, Vistabella, Atzeneta, Benafigos, La Torre
d’En Besora, Vilar de Canes, el Molinell, el Boi, Corbo y el Castellar.
Don Guillem
D’Anglesola, señor de Culla, hizo gracia del lugar de Vilar de Canes a Bernardo
de Montpalau , (Un caballero de segunda fila
residente en Albocasser y que entraría así en una cierta dependencia feudal con
respecto a Guillem d’Ánglesola) y su mujer Guillerma señores de los
Molinos de Monlló y del Baylio de Culla, el 13 de diciembre del año 1273.
(No se trata de lo que se suele llamar estrictamente una
carta puebla, estas donaciones respondían a la problemática concreta de la
repoblación)
Pere de Montpalau, vecino de Morella (Hijo de
Bernat de Montpau) y Guillerma (Viuda
de Bernat de Montpau) dieron el 19 de
noviembre de 1316, carta de población a Domingo Matamoros, Bereguer Segarra,
Berant Vilamanya, Bernar Gomar, Arnau Igualada, Miquel Rovira, Pere Segarra,
Arnau Querol y Gita mujer de Gil Girona y a otros habitantes, para poblar el
lugar de Vilar de Canes y su término con jurisdicción civil y criminal y con mero
y mixto imperio.
El proceso de repoblación se realizó a fueros
de Zaragoza.
En 1319 el castillo o Tinença de Culla, paso a
la Orden de Montesa y el 1330 se inicio el proceso que llevará al cambio
–impuesto por Montesa- del fuero de Zaragoza por el de Valencia y a la
organización como a Encomienda Independiente.
En 1345 se produciría un hecho
importante: la “Compra dels Herbatjes” que significaría un importante grado de
autonomía y desarrollo para esta localidad, integrante de la llamada “Setena de
Culla”, la cual estaba formada por los Municipios de Culla, Benassal,
Vistabella, Atzeneta, Benafigos, La Torre d’En Besora, y Vilar de Canes.
La constitución de la “Tinença” o “Setena” de
Culla es fruto de un convenio o contrato entre la Orden de Montesa y las
Universidades del Castillo de Culla sobre la explotación de la ganadería,
bosques, tierras de pastos. El documento de cesión de los “herbatjes i
fustes” fue acordado en Sant Mateo el 30 de marzo de 1345
entre el “Mestre de Montesa”, Pere de Tous por una parte y los “Sindichs i
Missatgers” de Benassal, Culla, Vistabella y Atzeneta en nombre de todas las
Villas y lugares de la Setena de Culla, por la otra.
El contrato establecía de hecho el compromiso
de librar a la orden 1.600 sueldos reales de Valencia – -unas 80 libras- a
cambio de todos los derechos sobre la explotación forestal y el aprovechamiento
de pastos para la ganadería.
El derecho de Nueva Planta origen de la
estructuración de España como un Estado moderno acabo poco a poco con las viejas
instituciones, limitadas en la capacidad de reunión facultada para redactar los
capítulos y de imponer tasas y penas, siendo finalmente abolido por los
Derechos de Desamortización de Propiedades Civiles de Madoz en el año 1862.